Hasta hace unos pocos años, el cannabis era
prácticamente legal en Suiza. De 2009 a 2013, hasta que se produjo la
revisión de la Ley de Estupefacientes (Narcotics Act), el cultivo de
cannabis estaba permitido, sin imponer ningún tipo de limitación sobre
el contenido de THC. Sólo estaba prohibida la preparación, distribución y
el consumo de las partes de la planta que contienen THC, a menos que al
agricultor se le hubiera concedido una autorización especial, que se
proporciona para el suministro a las fábricas de cerveza que usan
cannabis o para la producción de extractos para la aromaterapia.
Los suizos estuvieron a punto de regular el cultivo e, incluso, el procesamiento y la venta de marihuana y
hachís, siguiendo la recomendación de la Federación Suiza para Asuntos
de Drogas (Swiss Federation for Drug Issues, EKDF) de revisar la Ley de
Estupefacientes (BetmG) y legalizar el consumo, el comercio y el cultivo
de cannabis.
En respuesta, el 9 de Marzo de 2011, el Consejo Federal
Suizo aprobó una revisión de la Ley de Estupefacientes de acuerdo con
las recomendaciones de la EKDF. El Consejo de los Estados de Suiza, la
cámara alta (una de las dos cámaras legislativas), siguió las
recomendaciones del Consejo Federal de Suiza y aprobó la propuesta con
la mayoría de los votos. Sin embargo, el Consejo Nacional (la cámara
baja) perdió mucho tiempo y, además, estuvo sometido a la presión de las
Naciones Unidas, durante el verano de 2002.
En aquel momento, el argumento que se
esgrimía en Nueva York era que debería adherirse un nuevo miembro a la
Convención Única de 1961, que había conseguido que el cultivo de
cannabis fuera borrado de la faz de la tierra. Las disposiciones de este
dogma de la ONU eran tan restrictivas que incluso el cultivo de cáñamo para
uso industrial estaba sujeto a trámites complicados y costosos, lo que
hizo (o ¿estaban diseñados para ello?) que el cultivo les resultase poco
atractivo a muchos agricultores en todo el mundo. Fue entonces cuando
Suiza decidió entrar a formar parte de la comunidad internacional,
siendo uno de los últimos países del mundo en hacerlo. La comunidad
internacional se oponía totalmente a la revisión prevista de la Ley de
Estupefacientes Suiza. Este pequeño estado federal tuvo que elegir:
marihuana legal o ser miembro de pleno derecho de las Naciones Unidas.
Por supuesto, ante tal elección, el Consejo Nacional prefirió la ONU a
la regulación. En 2003, la Ley, que se consideraba una opción firme,
recibió todo tipo de oposición y, en 2004, fue rechazada por completo.
La decisión dividió a todos los sectores políticos y motivó la fundación
de la asociación “Protección Pro Juventud” (Pro Jugendschutz),
en la que participaban, de forma activa, representantes de todos los
partidos y muchos ciudadanos de la sociedad civil. En 2006, se
presentaron 115.000 firmas ante el Consejo Federal en apoyo a “una
política razonable sobre el cannabis que proteja con eficacia a la
juventud”, que se conoció en la prensa como la “Iniciativa del
Cannabis”.
Esta iniciativa de base para volver a
legalizar el cannabis fue posteriormente rechazada por casi dos tercios
(63%) de la población suiza, el 30 de Noviembre de 2008. Sin embargo, al
mismo tiempo, se aceptó una propuesta de revisión de la Ley de
Estupefacientes, bajo la que:
- el consumo de cannabis o la posesión de pequeñas cantidades para uso personal sólo sería una falta reglamentaria que se castigaría con una multa
- sería obligatorio poner en conocimiento de las autoridades el cultivo de cáñamo
- el contenido máximo autorizado de TCH sería del 1,5% (0,3% en la UE).
En Berna, el Gobierno Federal tardó casi 5
años antes de que se pusieran en marcha todos los puntos de la revisión.
Hasta 2013, no se tomó una decisión en lo que se refiere al sistema de
multas por consumo y posesión de pequeñas cantidades
La Iniciativa de Ginebra
Tras
el rechazo de la iniciativa del cáñamo, el tema de la vuelta a la
legalización dejó de ser de interés público durante algún tiempo. Sólo
en las ciudades de Berna, Zúrich y Basilea continuó el debate sobre el
cannabis en forma de un proyecto piloto para vender cannabis legalmente.
Cuando se introdujo el sistema de multas el
año pasado, llovieron críticas desde todos los cantones. La policía de
Basilea prefirió no castigar a los consumidores de cannabis en absoluto,
y mientras que en Zúrich se ponían multas a la menor oportunidad, en
otras partes se consideraba que el sistema de multas era demasiado
liberal.
En respuesta a las deficiencias de la nueva
ley, a finales de 2013, un grupo de políticos del cantón de Ginebra
presentó un plan para promover un proyecto piloto, a nivel nacional,
para la venta regulada de cannabis. El profesor Sandro Cattacin,
Presidente del Grupo del Proyecto de Ginebra y Director de la Facultad
de Sociología de la Universidad de Ginebra, también cree que podría
llevarse a cabo un ensayo de regulación sin la aprobación de Berna:
Un cambio de la ley, a nivel nacional, simplemente no tiene una oportunidad en este momento. Por consiguiente, mi suposición es que los ensayos comenzarán en los cantones, lo que Berna verá, tal vez, con escepticismo, pero lo tolerará de alguna manera. Después de todo, no van a enviar a las tropas, ¿verdad?”,
explicó Cattacin en una entrevista concedida a
la televisión suiza. Si Berna no cambia de opinión, se podría llegar a
la desobediencia civil, dicen en Ginebra. Cattacin, que es miembro de la
EKDF, promueve tanto el ensayo de los coffee shops, como de la
regulación del cultivo privado en forma de Clubes Sociales de Cannabis.
Tan pronto como empezaron a salir las
palabras de la boca del precursor del grupo de proyectos, llegó el apoyo
de Berna, Zúrich y Basilea. El Presidente de la EKDF y Médico Jefe
Adjunto de Psiquiatría, de Winterthur, Toni Berthel, apoya el plan de
Ginebra. Su ciudad natal, Winterthur, la sexta ciudad más grande de
Suiza, también tomó la inesperada decisión, el 19 de marzo de 2014, de
apoyar las ventas reguladas a nivel local. Por último, pero no menos
importante, en Tesino, la “Associazione Cannabis Ricreativa Ticino” (la
Asociación de Cannabis Recreativo de Tesino), ha presentado hace muy
poco una propuesta al parlamento cantonal. La comisión, liderada por
Thomas Kessler, está elaborando el modelo de regulación de la venta de
cannabis legal, que se propondrá en mayo. Hasta finales de 2013, Kessler
fue miembro de la comisión. Actualmente trabaja como urbanista para la
ciudad de Basilea. El Grupo del Proyecto afirma que el ensayo se
realizará de conformidad con el derecho, tanto suizo como internacional.
A medida que las absurdas consecuencias de la
Ley de Estupefacientes, caprichosamente revisada, se hicieran
evidentes, por fin hay movimiento de nuevo en Suiza, después de años de
estancamiento. Es una pena que primero tuviéramos que dar un paso tan
grande hacia atrás.
¿Quién está a favor de la regulación del cannabis en Suiza?
Ginebra: A diferencia de las otras
grandes ciudades, en Ginebra el parlamento del Cantón es el responsable
de la iniciativa. El objetivo principal es un intento, científicamente
respaldado, para establecer un Club Social de Cannabis en el que el
cannabis se puede vender a los adultos.
Berna: votó a favor de un intento de
establecer el modelo de ensayo de coffee shop ya en 2006. Desde
entonces, esta opinión se ha reiterado continuamente.
Basilea: El Ayuntamiento de Basilea ha
querido instaurar el modelo de los coffee shops desde 2010. Junto con
la ciudad de Zúrich, Basilea presentó el modelo al Consejo Federal para
su aprobación, que la rechazó, alegando que contravenía la legislación
vigente. El urbanista del ayuntamiento de Basilea, Thomas Kessler, está
actualmente trabajando en la modificación del modelo de regulación
mencionado anteriormente.
Zúrich: Al igual que Basilea, el
ayuntamiento de Zúrich también ha querido el modelo de coffee shop desde
2010, pero esta propuesta fue revisada y rechazada junto con la
Iniciativa de Basilea. Al igual que Basilea y Berna, Zúrich tiene
representantes en el grupo de trabajo para la regulación del cannabis de
la EKDF.
Winterthur: El 19 de Marzo de 2014, el
consejo de Winterthur decidió participar en el proyecto piloto, gracias
a la mayoría más ajustada posible, 26 frente a 25.
Tesino: El Gobierno cantonal actualmente está revisando las propuestas de la “Associazione Cannabis Ricreative Ticino”.
Por Micha
Fuente Sensi Seeds
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